Un límite quiere decir hasta donde podemos llegar, es como un muro que nos dice donde detenernos.
¿Cómo deben de ser los límites?
En los límites importa más la consistencia que la intensidad o la fuerza con que los ponemos.
Poner límites es un trabajo constante.
Deben de ir de acuerdo a la edad del niño.
Debemos jerarquizar su importancia.
No tienen que ser solemnes (pueden ser divertidos).
Se deben poner por anticipado.
Requisitos para poner límites:
Actitud de aceptación, afecto y respeto
Mayor jerarquía
Mas conocimientos
Mayor fuerza de carácter
Mas seguridad
Mas madurez
¿Cómo poner límites firmes?
El límite debe de ser importante para la persona que lo pone.
Los límites deben ser presentados de manera positiva.
El límite debe expresarse por anticipado.
La persona que pone el límite debe estar segura de que el niño entendió el mensaje.
Los límites deben marcarse con afecto.
Al establecerlos hay que presentar alternativas.
Deben de ser consistentes.
En límites firmes debemos especificar las consecuencias.
Para ello se tiene que conocer el tipo de autoridad que ejercemos, las necesidades y características del niño según su etapa de desarrollo. Definir objetivos precisos basados en valores claros. Proporcionar un ambiente adecuado. Fomentar hábitos. Y enseñar habilidades al niño.
Acciones que realizamos que parecen límites pero no lo son:
Atemorizar Culpabilizar Avergonzar Rechazar